No hay que olvidar que nos constituyen una práctica aislada en la sociedad contemporánea, si no que su existencia se remonta a tiempos arcaicos. Se tiene constancia de la existencia de tratamientos de medicina estética ya en la edad antigua. Curiosamente en el año 1500 a.c en el papiro de Ebers figura que ya se realizaban injertos de piel, cuya tradición se remonta a los egipcios hacia el 3500 a.c. Lo que implica que la necesidad de sentirse bien y a gusto con la belleza del cuerpo es una constante desde los inicios de la civilización. La carboxiterapia es una técnica que tiene su origen y razón de ser en la Edad Media. Se fueron paulatinamente descubriendo los signos producidos por el agua ácida y los humos de la tierra poseían grandes poderes curativos. Actualmente se sigue usando este tratamiento, aprobado por las instituciones médicas más punteras del sector.
Con la entrada del siglo XX estas prácticas para mantener y conservar la belleza, tanto en hombres como en mujeres, se extiende mucho más, y su práctica y consumo se hace mucho más usual y común. Caminan de manera paralela a esta tendencia los avances médicos y las técnicas de medicina estética. En este campo tienen su relevancia el centro en el que se administran los tratamientos: la clínica de medicina estética
Los tratamientos de medicina estética tienen buena acogida debido a los beneficiosos resultados y también, por la pequeña dimensión de las intervenciones quirúrgicas. Haciendo de las mismas una práctica segura y buena para el mantenimiento de nuestro bienestar físico, siendo a su vez latente en el bienestar psíquico. No debemos olvidar que tiene su auge debido al aumento de la longevidad de la población y también a un incremento del nivel de vida.
La disciplina estética está ampliamente contemplada por la Sociedad Española de Medicina Estética, que salvaguarda la rigurosidad de la disciplina en nuestro país manteniendo un complejo control e inspección de las instituciones dedicadas a la disciplina, como también vela por una completa transmisión de la medicina estética. Mediante la organización de congresos, jornadas y cursos. También impartiendo formación a nivel universitario como másteres. Son creadores de una revista trimestral para la transmisión dinámica del conocimiento y de la disciplina en sí. Son dueños a su vez de El Libro Blanco de la medicina estética siendo un marco teórico formal de la disciplina.
Los tratamientos que se contemplan son muy variados, podemos tratarnos el acné, la alopecia, las arrugas, la celulitis, las cicatrices y queloides, la cuperosis y rosácea, las estrías, el envejecimiento de la piel, el hirsutismo, la obesidad y el sobrepeso, la queratosis seborreica, los quistes de millium, los quistes sebáceos, manchas cutáneas y alteraciones en la pigmentación, los nevos, los puntos de rubí, varices estéticas y verrugas.
Podemos disfrutar de una variedad inmensa de tratamientos en casi cualquier lugar, como ejemplo podemos ver los centros de estética en Córdoba que coinciden en dar a sus clientes una amplia gama de servicios agrupados según las necesidades del consumidor. Podemos beneficiarnos de tratamientos capilares, servicios de medicina estética corporal y de medicina facial.
Podemos terminar con una interpretación muy positiva en cuanto a la medicina estética. Con el grandioso avance médico y tecnológico de la sociedad actual, que facilita y pone al alcance de todos unas prácticas beneficiosas y seguras. Proporcionando así una mayor calidad de vida con un mínimo de riesgo y con la reducción al mínimo exponente de las intervenciones quirúrgicas.